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miércoles, 13 de julio de 2011

Caso “Faisan”. El juez considera que Pamiés y Ballesteros dieron el soplo.

El autor de soplo pidió "cautela" al dueño del 'Faisán' y le facilitó información "secreta" que sólo conocía la policía

El juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz hace suya la versión del jefe del equipo que investigó el chivatazo, Carlos Germán, y concluye que el inspector José María Ballesteros entró al bar 'Faisán' de Irún el 4 de mayo de 2006 por la puerta trasera y facilitió a su propietario, Joseba Elosúa, un móvil a través del cual el jefe superior de Policía en el País Vasco, Enrique Pamiés, le advirtió de la existencia de una operación policial contra el aparato de extorsión de ETA.

El auto, que procesa a los dos mandos policiales y al ex director general de la Policía Victor García Hidalgo por los delitos de colaboración con organización terrorista o encubrimiento y revelación de secretos, destaca la "corrección de las conclusiones alcanzadas por la investigación policial" y reproduce la versión de los hechos realizada por el comisario Germán.

Según el relato recogido en la resolución judicial, en la mañana del 4 de mayo de 2006 Elosúa abandonó su domicilio a las 11.00 horas y, tras visitar a su hija en la perfumería cercana a su bar, accedió al 'Faisán'. Un hombre, al que el juez identifica con Ballesteros, abordó a su mujer para preguntarle por la calle en la que se encontraba su domicilio y a las 11.20 horas accedió al establecimiento por la puerta trasera.

Tras indicar que quería hablar con Elosúa, le pasó un teléfono móvil pidiéndole que "escuchara" porque "le iban a hablar y a dar un recado". Según el juez, en ese momento el dueño del 'Faisán' recibió "diversa información relacionada con la investigación policial y judicial que estaba siendo llevada a cabo sobre los presuntos miembros de la red de extorsión de ETA y, en concreto, sobre el inminente operativo que debía conducir a la detención" del enlace de ETA, José Antonio Cau Aldanur.

Para acreditar su condición de policía, el comunicante (al que el juez identifica con Pamiés) le reveló detalles de la instrucción judicial que se encontraba "bajo secreto sumarial", entre los que destaca la reunión que el día anterior (3 de mayo) Elosúa celebró con el presunto etarra Ramón Sagarzazu, 'Txempe', y el intermediario y dirigente del PNV Gorka Aguirre en la sidrería Eguiluce de Rentería.

Además, tal y como se recogió en las conversaciones entre Elosúa y su yerno, Carmelo Luquin, grabadas mediante la baliza que los investigadores habían colocado en el coche del primero, el autor del chivatazo advirtió al dueño del 'Faisán' del carácter "confidencial" de la llamada y le dio "instrucciones sobre las cautelas que debía adoptar cuando mantuviera contactos o citas con las demás personas investigadas". De la misma forma, le facilitó información sobre "otras personas investigadas como presuntos partícipes de la red de extorsión".

Terminada la llamada telefónica, Elosúa devolvió el móvil al agente y trató de invitarle al café que se había tomado, aunque éste ya había pagado. El portador del teléfono abandonó el local por la puerta delantera, situada "frente al edificio de la Aduana y de las cabinas de teléfono", como explicó Elosúa en su declaración, y se marchó en dirección a la carretera y la gasolinera cercanas.

Después, Elosúa se dirigió a la lonja donde tenía su oficina y volvió al bar 45 minutos después. Aunque el juez no lo refiere, el jefe del equipo de investigación aseguró que este traslado tuvo como objetivo destruir cartas de extorsión y sellos de la banda terrorista ETA. A continuación intentó realizar dos llamadas a Cau Aldanur a través del teléfono móvil de su hijo, aunque no acertó a marcar el número y lo intentó desde una cabina telefónica.

Como no logró contactar con el enlace de ETA, Elosúa y su yerno decidieron cruzar la frontera en dirección a Bayona. Junto al bar 'Xaia' de Behobide el dueño del 'Faisán' realizó una nueva llamada a Cau Aldanur, que fue registrada a las 12.50 horas por las autoridades francesas, que habían intervenido su teléfono.

Elosúa le señaló entonces que tenía que hablar con él "urgentemente". "Cojo el coche y donde quieres que te espere", le dijo antes de concretar una cita en el bar Telotegui del Petit Bayona.

El juez también recoge en su auto que la llamada del chivatazo se produjo a las 11.23 horas y se corresponde con una comunicación de 8 minutos y 11 segundos que, según los registros del repetidor de BTS de Zaisa-Irún, Ballesteros realizó a Pamiés. A esa hora el equipo de investigación detectó "la presencia indubitada" del inspector en las inmediaciones del 'Faisán'.

Finalizada la llamada a las 11.31 horas, Ballesteros salió del bar un minuto y medio después, ya que su imagen quedó registrada en los equipos de videovigilancia. Tras dirigirse hacia la gasolinera y la carretera principal, el inspector recibió otra llamada del jefe superior de Policía.

El auto también revela que los contactos entre los dos mandos policiales se iniciaron la noche anterior después de que Pamiés hubiera tenido noticia del operativo policial que se iba a desarrollar al día siguiente coincidiendo con la visita que Cau Aldanur iba a realizar a Irún para presumiblemente recoger una remesa procedente de la extorsión.

El juez cree que Pamiés podría haber tenido conocimiento de esta operación porque estuvo en contacto telefónico en la tarde y noche anterior con la jefa de la Sección de Análisis de la Brigada Provincial de Información de San Sebastián, con quien, según indica, "mantiene una estrecha relación personal y profesional".

La conversación entre ambos se produjo después de que la responsable policial hubiera asistido a una reunión en la que se le dieron datos sobre la reunión que Elosúa mantuvo en la sidrería de Rentería y en la que se facilitó el contenido de la conversación con su yerno que había sido balizada.

Además, García Hidalgo estuvo en contacto telefónico con Pamiés la noche anterior al chivatazo y el jefe superior de Policía intentó contactar con él en dos ocasiones en la mañana de los hechos, aunque no lo logró porque "se encontraba en un acto institucional" que estaba teniendo lugar en la sede del Ministerio del Interior.

Tras comprobarse que Elosúa cruzaba la frontera, las autoridades españolas y francesas pusieron en marcha un dispositivo de seguimiento "al objeto de poder activar la operación en Francia si se daban las circunstancias precisas para ello".

Pese a la "insistencia" de Germán para que se llevase a cabo el operativo y de que Elosúa entregó a Cau unos periódicos que presuntamente contenían un sobre en su interior, la operación no tuvo lugar porque los responsables franceses no tenían "la debida autorización para actuar, en atención a las circunstancias concurrentes".




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